“Promesas” de Tanicha López y Sta. Cruz: un sencillo estremecedor y reflexivo
“Promesas”, el nuevo sencillo de la artista multidisciplinaria Tanicha López junto al rapero Sta. Cruz, lanzado el pasado 24 de octubre, fusiona el hip-hop, el R&B y, sobre todo, el jazz en un cóctel de tiempos y estilos que aporta una propuesta sónicamente fresca y temáticamente desgarradora al ecosistema de la escena alternativa puertorriqueña.
La canción abre con un piano profundo y melancólico que sumerge al oyente en un mundo oscuro y misterioso, anticipando tanto la temática como el ambiente sónico del tema—una composición cinemática, semejante a las canciones que acompañan las películas de James Bond.
El relato inicia con Sta. Cruz, quien, acompañado brevemente por una segunda voz de López, se adentra en el coro dirigiéndose a una persona que se le fue la vida “regalándole promesas”, mientras se cuestiona qué habría sido de él sin haberla conocido.
Luego, lo que comienza como moderación se torna en desesperación y reclamo, con el rapero describiendo la espera por una deuda emocional que termina en un vacío de promesas incumplidas.
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El coro preludia un verso introspectivo de Sta. Cruz, en el que narra su intento de rescatar una relación fallida, negando las banderas rojas y, más que nada, su propio dolor.
Cabe notar que la canción nunca define explícitamente a quién está dirigida. ¿Es hacia un amor pasado y difícil de dejar atrás, o hacia sus “yo” antiguos? Esa ambigüedad emocional le da un toque autorreflexivo en el que cada oyente se ve reflejado en el conflicto de soltar a alguien o a partes de sí mismo.
Al retornar al coro, Tanicha López se introduce con una participación vocal sublime, ante un piano que le da un toque más clásico y delicado al tema.
La cantautora acompaña el dolor de Sta. Cruz por medio de interrogaciones estremecedoras dirigidas al más allá, pidiendo el regreso de lo que se prometió y nunca llegó. Tal y como ya es esperado, su voz trasciende los esquemas establecidos por la canción y se instala en el corazón del oyente conectando, evocando un sufrimiento universal.
A los dos minutos, la canción da un giro verdaderamente impresionante gracias a una ruptura instrumental más apta para un bar subterráneo de jazz neoyorquino que quizás lo esperado del género urbano alternativo de la isla.
El arreglo es tanto majestuoso como hipnotizante. Mediante una batería potente, una trompeta aguda llena de vida y personalidad y los restantes del piano, ahora más templado que en secciones anteriores, la canción te coje del cuello y niega a soltarte.
Más allá de lo instrumental, esta sección representa un desahogo total. La muerte del ciclo vicioso y el nacimiento de una etapa de liberación. Adicionalmente, sirve como un puente entre la catarsis y el cierre emocional del tema.
El desenlace, la sección más cruda y “urbana” de la canción, es donde López nuevamente toma las riendas de la canción y, en sí, de su propio destino.
Líricamente, la cantante transmite un sentimiento de emancipación. Con líneas como la afirmación de “ya soy libre” y el mantra repetido de “a volar, a sentir, a soñar, a soltar”, la artista reafirma la posibilidad de sanar y la esperanza de un futuro esperado.
La producción acompaña ese respiro con un cierre aterciopelado, guiado por la trompeta, que cierra el tema con una sensación de calma creando la imagen de finalmente haber llegado a la luz del final del túnel.
Ya disponible en todas las plataformas digitales, “Promesas”, ante todo, reafirma a Tanicha López y a Sta. Cruz como dos de las voces más imprescindibles y exploradoras de la escena alternativa boricua.


