“¿Soy una ‘cutie’ o una ‘bad bitch?”: la cantante Melodie explora la dualidad en su música
En algunas ocasiones, sal. En otras, pimienta. En su música, a veces hay sonidos nostálgicos y, en otros, hay pistas que retumban. En un momento te envuelve en canciones donde se revela vulnerable. Luego, hay sonidos y composiciones que evocan un lado más provocativo y sensual.
Así es el mundo musical de Melodie: inesperado y sin miedo a explorar dualidades.
Muchos la conocen por su recorrido como beauty influencer y CEO de su propia línea de cosméticos, entonces By Melolops, ahora Mezy Beauty. O, también le reconocen como la imagen de la carátula del disco Primera Musa de Omar Courtz (sí, esa es ella).
Pero, para otros, Melodie es una de las voces que está abriéndose paso en la escena musical de Puerto Rico con un proyecto que apuesta a lo imprevisto. “Me inspiré a entrar en la música porque me gustan [nuevas] maneras de expresar mi arte”, cuenta.
Su primer EP, *67, que cataloga como su “carta de presentación al mundo”, atraviesa el pop alternativo, a veces oscuro, con elementos de la música urbana y de otros géneros como el afrobeats. En este trabajo discográfico relata las distintas etapas psicológicas tras una ruptura amorosa. Su sonido, describe, lo ha moldeado junto con el productor AVILA WTF, quien le produjo gran parte del EP.

Ahora, en una nueva página en su trayecto musical, a la artista le intriga la dualidad de su propia personalidad y la de su música. Incluso, a estos dos lados de sí misma le llama “Salt and Pepper” (sal y pimienta).
Sus sencillos más recientes, “No le bajes” y “Raya” son muestra de esa dicotomía: en ocasiones, sal; en otras, pimienta. En unas, las de ‘Salt’, expone un lado vulnerable. Mientras que en las de ‘Pepper’, enseña su lado ‘baddie’, sensual y desafiante. De hecho, en las portadas de sus sencillos más recientes, la artista revela cuán ‘sal’ o ‘pimienta’ es la canción en una escala de 10. Por ejemplo, en “No le bajes” tiene el 8 marcado y en “Raya” tiene el 5.
El primer sencillo de lo que será su nueva producción, que lanzó en marzo, es un trap sombrío con una melodía nostálgica, que evidencia su lado atrevido y provocador. Es un tema que , además, sirve como un enlace entre su trabajo anterior en *67 y su nuevo proyecto.
“Queríamos mezclar algo más hard (fuerte) con algo más light (liviano)”, explica Melodie sobre el sonido en “No le bajes”. “A mí, desde siempre, me ha gustado cuando las cosas chocan, cosas that are not exactly supposed to be together (que no se supone que vayan juntas)”.
“Raya”, en cambio, captura un espacio de ensueño que se mantiene con los acordes de una guitarra con influencias shoegaze. La canción abre con un ritmo de percusión en forma de aplausos, donde luego aparece Melodie, con un tono vocal suave que mantiene la sensación etérea del tema.

“Este proyecto se divide en dos [personalidades]. Dos lados que están peleando entre sí. ¿Soy una cutie o soy una bad bitch? Soy ambas, pero en este proyecto decidí separarlas para poder explorar los dos lados sin sentir que debo caer en un [solo] mundo”, explica.
Y la dualidad y la variedad siempre han estado presentes en la vida de Melodie Rodríguez, nombre de pila de la artista. De su padre, recuerda que, en las mañanas, le despertaba con un violín o con la música de su tocadiscos. De su madre conoció propuestas alternativas de la década del 90 como Mazzy Star.
Con el tiempo, Melodie encontró sus propios referentes: una mezcla espontánea de Britney Spears, Björk, Rosalía, Tyler, the Creator y Tokischa.

Sus influencias, aunque provienen de sonidos distintos, comparten un rasgo: hacen lo que quieren y con orgullo, algo que Melodie persigue con cada una de sus canciones. “Mi propósito de mi vida entera ha sido expresar mi arte… Siento que estoy hecha de arte”, asegura.
Y, en esa dualidad, entre la sal y la pimienta, Melodie sigue encontrando nuevas formas de expresarse y de contar sus historias, ya sea con un trap oscuro o con un sonido pop más experimental, un relato de desamor o una canción provocativa. En su mundo musical, no existen fronteras.
