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Julio del Hoyo: música y rimas entre el calor y el aguacero caribeño

La música del intérprete mezcla el hip-hop y el trap con sonidos afroboricuas y ritmos alternativos.
By Daniel Gabriel González Santana
julio.11.2025

Digamos que, para Julio del Hoyo, todo empezó con el violín. Bueno, realmente, empezó con su mamá. Ella quería que aprendiera a tocar un instrumento. Pero con el paso del tiempo, para Julio, las rimas pudieron más. “Cuando dejé el violín, me empezó a interesar más el rap y el reggaetón, y así empecé a escribir letras”, cuenta el rapero, de 25 años.

Esas composiciones fueron los primeros pasos a su proyecto musical con el que lleva lanzando música desde 2018. Ha publicado varios EP y dos proyectos colaborativos: Quenepas en Diciembre, que lanzó junto con Las Quenepas; y Batallón Sónico, que trabajó junto con los intérpretes Aurelio Adasme y LaPerrera. 

Sus rimas pueden navegar beats de hip-hop y trap y, de momento, fluir con toques de bomba y en otros ritmos alternativos. 

Entre este sincretismo de influencias y sonidos, nace Cuando se casan las brujas, el primer álbum solitario de Julio del Hoyo. Se trata de una producción discográfica conceptual, donde la naturaleza y el clima caribeño se cuelan en cada verso, pista y melodía. “Me gusta mucho estar pendiente a las texturas que da la lluvia y el sol, son parte de ese coziness (comodidad) que me gusta tener”, explica Julio sobre la inspiración tras el concepto de la producción discográfica.

El rapero Julio del Hoyo lanzó su primera producción discográfica como solista, Cuando se casan las brujas. (Foto por Zuania Muñiz/El Track)

Es un disco que merodea entre el sol y la lluvia y esos momentos en que, simplemente, coexisten. Lluvia con sol, dirán algunos. Otros dirían el popular refrán: “Se está casando una bruja”. Y con este intercambio en mente, en el disco, hay canciones de fronteo, de crítica sociopolítica y otras con guiños al amor en el Caribe. 

En temas como “Golpe de agua”, el rapero toma el micrófono y zumba un aguacero lirical. “Se regocijan de ser hasta abajo/Y nunca han bajao’ pa’ la casa del trompo/esta es pa’ que cachen el songo/Andan moldíos con lo que propongo”, suelta Julio en la canción. 

Mientras que, en temas como “Granizo”, que interpreta junto con el rapero Vladi, el rapero descarga su molestia con injusticias que se suscitan en Puerto Rico y en el mundo. “Son cosas que, de verdad, me molestan, me dan ganas de romper cosas. Causan fuertes emociones en mí y veo en la música formas para canalizarlo” cuenta el intérprete. “Quiero que sirva como fuerza, que la gente pueda escuchar [mis canciones] y piense ‘hay que hacer algo porque esto no está bien’”.

El intérprete se inspiró en la naturaleza y el clima boricua para su álbum. (Foto por Zuania Muñiz/El Track)

Pero cuando la lluvia se esconde un poco, si bien el calor puede pegar fuerte, siempre hay momentos para la gozadera y el amor en el Caribe. En canciones como “Guagua”, que canta junto con la intérprete Ana Macho, estos intercambian versos sobre cómo un día de diligencias puede convertirse en un jangueo en  pareja. “Ella dice que hoy me busca/Que le prepare algo pa’ la ruta/Tiene diligencias en la nuca/Oye, mi nenuca/Mejor tarde que nunca/Yo te acompaño y resolvemos esas gestiones todas juntas”, rapea Julio. 

Un homenaje en medio de la llovizna y el sol

Si bien sus versos se desplazan entre lluvias y sol, el rapero también rinde homenaje a sus raíces e influencias en el álbum Cuando se casan las brujas. “Las brujas se ven usualmente como algo feo y malvado, pero hay mucha gente que ve a las brujas como una figura de poder, sabiduría y ancestralidad”, comenta. “Para mí era importante hacer homenaje a distintas figuras que me inspiraban o que estaba aprendiendo sobre ellas en el transcurso de la creación del disco”.

Incluso, algunas de estas figuras a las que Julio les rinde tributo se pueden apreciar a través del disco. En el track que abre el álbum, “La sombra del mangó”, se escucha a Margarita Rivera García, también conocida como doña Margot, quien fue una de las pioneras de la composición musical caribeña en Puerto Rico. Otro ejemplo es la canción que cierra el álbum, “Arrecife”, donde se escucha a Consuelo Sáez Burgos recitando una sección de una carta escrita por su tía Julia de Burgos.

El disco tiene canciones de fronteo, crítica social y homenajes a su historia. (Foto por: Zuania Muñiz/El Track)

En la carátula del álbum también se pueden identificar otras fuentes de inspiración del rapero. La imagen presenta una esquina en la casa de la abuela de Julio, la cual tiene una foto de la madre de este. 

Asimismo, se ven cuatro libros: Animal Fiero y Tierno, de Ángela María Dávila;  La Otra Julia, de Mayra Santos Febres; De Coco y Anís, de Marissel Hernández Romero y César Colón Montijo; y ¡Hasta los baños te curan!, de María Benedetti. 

Para Julio, cada uno de estos le ha inspirado en alguna de sus facetas como artista y persona. Y es esa musa la que le incita a rapear y soltar rimas con el corazón en la mano. Es la musa que no suelta desde que el rap lo cautivó. 

Hay quienes aseguran que el agua tiene memoria, que recuerda todas sus formas. Para Julio, el agua, especialmente esa que cae desde el cielo caribeño y que se mezcla con el sol, es la musa pa’ seguir soltando rimas con el corazón en la mano.

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Daniel Gabriel González Santana

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